Monilia o podredumbre parda de frutales ¿Qué es y cómo detectarla?

Monilia o podredumbre parda de frutales, se encuentra entre las que produce más pérdidas económicas a nivel global en frutales de hueso, almendros, y en menor medida en los de pepita.

Aunque los síntomas más obvios se observan, principalmente, al final del ciclo productivo, la infección por Monilia suele empezar en primavera a partir de brotación en periodos de altas humedades. El periodo de máxima sensibilidad suele ser durante la floración y en el periodo cercano a la maduración del fruto.
¿Cuáles son los agentes causantes de Monilia?

Monilia es causada por tres hongos; Moniliinia laxa, Monilinia fructigena y Monilinia fructicola.

  1. M. laxa y M. fructicola son especies que atacan directamente a las flores mientras que M. fructigena suele acumularse en los frutos caídos en suelo para luego atacar de forma oportunista los frutos en pleno proceso de maduración.
  2. M. fructigena y M fructicola provocan los mayores daños en los frutos, penetrando a través de la cutícula, los estomas y la base del tricoma pero también, a través de las heridas.
  3. M. laxa se deposita en las flores y rara vez las infecta, propagándose hasta las ramas y brotes siendo el causante principal de exudados gomosos y chancros.

¿Cuáles son los síntomas de la presencia de Monilia?

Flores desecadas:  las flores sirven más de reservorios de inóculos del hongo durante la primavera que permanecen latentes hasta el momento de la maduración de los frutos. Sin embargo, si las condiciones de temperatura y humedad son adecuadas, las esporas prosperan lo suficiente para llegar a infectar el estigma, estambres, pétalos y sépalos hasta la desecación de la flor y su caída del árbol.

Ramas desecadas y marrones: el hongo se propaga desde el pedúnculo de la flor hacia la corteza de ramas y ramitas, donde se comienzan a distinguir zonas de color marrón que van produciendo el colapso de las ramas jóvenes. Los brotes y hojas de estas ramas pueden llegar a desecarse

Chancros y exudados: las lesiones en ramas producidas por el frío o tratamientos químicos son puertas de entrada de Monilia, que llega hasta los tejidos internos, desarrollándose y originando el chancro, fácilmente detectable por el exudado que produce. Estos chancros, si no se eliminan, se mantienen en los árboles como reservorios casi permanentes del hongo.

Podredumbre de los Frutos: los frutos verdes no son susceptibles a infectarse. Sin embargo, en cuanto comienza la maduración y aumenta el contenido en azúcares, se producen las infecciones desde los reservorios del hongo en las flores o chancros dando lugar a lesiones de color pardo en los frutos. Estas lesiones van expandiéndose hasta que comienza la pudrición del fruto que termina con su caída al suelo o su momificación sobre el árbol.

¿Cómo podemos hacer frente a Monilia?

 

– Evitar una vegetación excesiva de los árboles.

– Realizar podas cuidadosas en verde.

– Eliminar y quemar al final del invierno los frutos momificados y las ramas infectadas (las que muestran chancros y desecamientos).

– Efectuar un abonado nitrogenado prudente.

– Evitar los riegos excesivos los últimos días antes de la recolección.

– Los tratamientos fungicidas deben enfocarse lo más temprano posible, recordando siempre que la floración es el momento clave de entrada del hongo.

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