El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente afirma que una Economía Verde “debe mejorar el bienestar del ser humano y la equidad social, a la vez que reduce significativamente los riesgos ambientales”.
De forma más concreta podríamos decir que es una economía con bajas emisiones de carbono, que utiliza los recursos de forma eficiente y que es socialmente incluyente.
La Economía Verde plantea, entre otras cosas, que es necesario sustituir el uso de combustibles fósiles por energías renovables, invertir en infraestructuras naturales, promocionar la sostenibilidad en la vida urbana y sobre todo ser eficientes en el uso de los recursos y la energía.
Desde este programa aclaran que el concepto de “economía verde” no sustituye al de “desarrollo sostenible”, pero inciden en que existe un creciente reconocimiento de que el logro de la sostenibilidad requiere casi indispensablemente de contar con una economía adecuada y correcta.
“Hoy en día existen pruebas sustanciales de que el enverdecimiento de las economías no obstaculiza la creación de riqueza ni de oportunidades”, afirma el PNUMA.
