Las enfermedades transmitidas por los alimentos ponen en grave riesgo la salud de la población, en la actualidad millones de personas enferman e incluso mueren a causa de consumir alimentos insalubres. Los estados miembros de la Organización Mundial de la Salud llevan mucho tiempo preocupados al respecto, por ello en el año 2000 adoptaron una resolución en la cual reconocían el papel fundamental de la inocuidad alimentaria para la salud pública.
La inocuidad de los alimentos engloba acciones encaminadas a garantizar la máxima seguridad posible de los alimentos. Las políticas y actividades que persiguen dicho fin deberán de abarcar toda la cadena alimenticia, desde la producción al consumo.